Como ya he dicho a lo largo del libro estos son” los guisos de mis amigos”, es decir aquellos que en un momento determinado conocí, y fueron o siguen siendo amigos, o me traen recuerdos de otras épocas.
Esto sucede con los huevos Coqueluche, ni sé si existe la palabra ni si tiene algún significado, sólo se que me recuerdan mi infancia-adolescencia, cuando mis abuelos vivían en Puertollano, y en verano íbamos a verles y por las noches nos llevaban a una especie de chiringuito o venta, en una huerta a las afueras del pueblo donde el dueño y camarero nos daba de cenar al fresco de la noche si es que en mi tierra en el mes de agosto puedes disfrutar de fresco nocturno.
Pues bien la especialidad del colega que creo que había sido emigrante en Francia eran estos maravillosos huevos que no tienen ningún chiste y que están deliciosos.
Consisten en una simple ensalada con todo lo que tengas, tomates, pepinos, lechuga o endibias, cebolla , pimiento verde en fin lo normal en una buena ensalada veraniega, aliñada con buen aceite de oliva, sal y vinagre y el secreto era un huevo frito encima .
Puedo asegurar que no hay placer más grande que romper la yema con un “cacho” de pan y comerte ese primer “sopón “. y luego dejar que el resto de la yema se vaya juntando con la ensalada, es decir unimos dos delicias, una, la ensalada fresquita y otra el huevo frito.¿ Se puede pedir mas?.